Hola Dra. Simó. Soy una joven de 26 años de edad con ocho meses de casada con el hombre que siempre soñé.
El problema es que no le he podido corresponder sexualmente como él se merece. Casi nunca quiero tener intimidad, y si lo hago es para salir del paso, no siento nada.
Esto me da mucho miedo, pues no soy psicóloga, pero creo que puede ser la secuela de un suceso, pues cuando era muy pequeña un primo que nos atendía mientras mis padres trabajaban me tocaba; eso me llenaba de terror al punto de que no me gusta ver a ninguna niña sentada en las piernas de un hombre, ni siquiera de su propio padre.
¡Ayúdeme por favor! Mi esposo es muy paciente, pero temo perderlo y no disfrutar mi matrimonio. Anónimo
Querida: Creo que es tiempo de enfrentar las secuelas de situaciones vividas en tu pasado, que han salido a florecer en tu intimidad. Entiendo que no es fácil tener que tratar el abuso sexual vivido en la infancia, pero es necesario entender ciertas cosas y asumir otras para poder encontrar el disfrute en la entrega sexual.
No pierdas tiempo y busca ayuda de un psicoterapeuta, pues hay cosas que si se las dejamos al tiempo pueden acarrear consecuencias duras para nuestra vida.