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Y después de la boda…

Y después de la boda…

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Por Leandro Sánchez Foto Shutterstock

Por lo regular, la boda suele convertirse en el centro sobre el cual gira la vida de una pareja, sobre todo de la novia, quien suele involucrarse mucho más, emocionalmente, en este evento. Su organización es una tarea que consume tiempo, energía y dinero. Pasado este día tan especial  se supone que las recién casadas deberían desbordar alegría, ¿no? Pero en ocasiones no suele ser así. De repente aparece una sensación de vacío: no saben qué hacer con el tiempo, no se es el centro de atención, quedan deudas por saldar y la vida nueva vida de casados no es el cuento de hadas que habían creído.

¿Por qué sucede esto? ¿Cómo puede afrontarse y, mejor aún, evitarse?

La psicóloga clínica y terapeuta de pareja, Lisa Ortiz De Peña, nos aclara este panorama, ante el que muchos especialistas creen lo origina el  crearse expectativas poco realistas sobre el enlace y la vida marital que le sigue. “Muchas ven la boda como la meta, aquello que les otorgará la felicidad anhelada, cuando ésta es sólo el inicio de una nueva etapa”, dice Ortiz. Pero aunque cada vez más se escribe sobre la manera en que vienen reaccionando emocionalmente las novias después de la boda, no existen estudios científicos contundentes que indiquen se trata de un síndrome y/o estado depresivo.

Sin embargo, cada vez es más habitual en las consultas encontrar a mujeres bajo este tipo de condición. “Pueden deberse al final de un período prolongado de estrés, dado los preparativos y preocupación porque todo salga perfecto el día de la boda. También el salir de casa y  perder contacto cotidiano con ciertas personas como los padres o hermanos… Todas son pérdidas que conllevan un necesario proceso de duelo”, explica Ortiz De Peña, quien dice que sentir todo esto es normal si aparece de un día a una semana después de la boda. “Es el tiempo necesario para adaptarse a la nueva vida; en el que se comprueba que todo continúa en orden a pesar de los cambios. Si el malestar continúa más allá de una semana e impide disfrutar la pareja, luna de miel y vida en general, es importante pedir ayuda”, aclara.

¿Qué tipo de terapia se aconseja? La especialista sostiene que la tipo cognitivo-conductual, que ayuda a analizar y entender lo que está pasando, a retomar el control de la rutina y la organización del tiempo a pesar de los sentimientos encontrados.

En cuanto a los hombres, suele ser menos común que se enfrenten a este tipo de situación, no obstante, puede ocurrir en aquellos que se involucren más en  la preparación del enlace.

Vida en pareja.

“Se debe estar consciente de que este malestar puede bloquear el deseo y arruinar la luna de miel; también puede producir cambios de humor o mostrarse más distante de lo habitual”, manifiesta la doctora. Si no se comparte esta realidad con la pareja, es probable que piense que el otro no es feliz o que está arrepentido del paso dado. “Desahogarse ayudará a entender qué está pasando, y el consuelo del otro puede llegar a ser un gran apoyo si comprende este momento delicado y seguramente pasajero”, añade.

Ante las recomendaciones de la especialista, es importante expresar cómo te sientes, empezando por resaltar lo positivo de estar juntos, y dejando claro que tu malestar no es sinónimo de arrepentimiento ni es responsabilidad suya.

Ante esto, algunos consejos a considerar:

* No alarmarse.

* Hablar con la pareja sobre la situación.

* Centrarse en la luna de miel.

* Salir con amigos.

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* Recordar los buenos momentos de la boda.

* Ver fotos y vídeos junto a

gente querida.

* Hacer planes de pareja que ayuden a afianzar la relación en los primeros días de casados.

“Si el malestar continúa o aparece meses después, viene producido por una idealización de la vida matrimonial o de la pareja, que no es como se imaginaba”, Lissa ortiz, psicóloga clínica.

 

 

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