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Estás contribuyendo a la violencia contra la mujer y no lo sabes

Estás contribuyendo a la violencia contra la mujer y no lo sabes

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Por Alexandra G Roca Foto Fuente externa 

Tenemos el machismo tan arraigado en nuestro subconsciente, que a pesar de que quizás no ejerzamos violencia contra la mujer de forma directa, sí podemos contribuir a que esté presente con pequeñas acciones, palabras y pensamientos que nos pueden parecer inofensivos. 

Hoy, 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en conmemoración al 25 de noviembre de 1960, fecha en la cual las heroínas dominicanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, fueron asesinadas por orden del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Conversamos con cuatro psicólogos quienes nos esclarecieron algunas de las creencias machistas más comunes que le tronchan la libertad, autonomía, desarrollo y definitivamente felicidad a la mujer.

Según la Real Academia Española, violencia es “cualidad de violento; acción y efecto de violentar o violentarse; acción violenta o contra el natural modo de proceder; acción de violar a una persona”. 

Así mismo, la RAE define el machismo como “actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres; forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón”.

 

Virginia Pérez Ruiz, psicóloga clínica, terapeuta sexual y de pareja (@virginiaperezr)

Señales de alerta que demuestran que estás en una relación violenta.

Las mujeres tendemos a confundir la sobre protección y el control con amor, pensamos que si el hombre está muy pendiente a nuestros pasos (dónde vamos, con quién y qué haremos) es porque nos protegen y nos aman, pero esto es un grave error.

Cuándo nos dicen qué ponernos, qué nos queda bien y qué no debemos ponernos, aunque nos sintamos cómodas, pensamos que nos cuidan y están pendiente de cómo nos vemos. Este es otro de los errores de pensamiento.

Que debemos siempre estar disponibles sexualmente aunque no queramos tener encuentros sexuales, recibiendo amenazas de su parte, de que se irán a buscar otra mujer si no cedemos cada vez que ellos quieran.

Nos comienzan a descalificar físicamente (estás gorda, te estás poniendo vieja, estás panzona…).

Comienzan a alejarte de tus amigas y familiares (alejándote de tu red de apoyo).

La mujer de hoy debe conocer sus derechos como persona,  y sobre todo conocer su cuerpo y nutrir su autoestima. Poner límites a tiempo puede salvar tu vida.

 

Priscilla Montero Torres, psicóloga clínica de la salud y bienestar emocional (@bienestarintegral.rd)

Señales de agresividad o machismo:

Lenguaje corporal poco receptivo. Por ejemplo, no prestar atención cuando la otra persona habla y expresa su sentir; poco contacto visual y si lo realiza pues es con mirada punzante y amenazadora

Descalificación o invalidación constante sobre apariencia física, opiniones, actividades o formas de la persona

Incapacidad de llegar a acuerdos, asumir que hay culpables o que alguien tiene la razón.

Falta de empatía y de igualdad de roles, creando culpa por no “cumplir con el rol establecido”.

Percibir a una persona como instrumento con el fin de alcanzar algo, en lugar de un ser humano con necesidades físicas y emocionales.

Comentarios acompañados de “tu tenías que”, “nunca haces…”, “deberías de…”. Con hacer creer a la persona de que “esta loca”.

Distorsión de la realidad. Minimizar acciones ofensivas o agresivas.

 

Blas Valenzuela, psicólogo InfantoJuvenil (@psic.blasvalenzuela)

Frases y preguntas que escuchamos constantemente que alimentan el machismo y la violencia.

“¡Los hombres no lloran!”
Esta expresión les enseña a los chicos a reprimir sus emociones y la expresión de estas, llevándolos a buscar otras formas para lidiar con sus emociones como el consumo, la agresión, etc… Además, le asigna a lo femenino aspectos de debilidad y vulnerabilidad relacionados a la tristeza y otras emociones que generan malestar.

“Deberías de ser un poco más femenina/masculino.”
La forma de ser de un niño o una niña no debe de ajustarse a las expectativas que tiene la sociedad sobre lo que es ser hombre o ser mujer. Los niños/as nacen como un lienzo en blanco, y van plasmando en él lo que aprenden del mundo que les rodea. Por ende, asumir que deben de actuar de una manera u otra, puede llevarles a crecer con estereotipos de género y en algunos casos, reprimiendo aspectos de sí mismos/as.

“¿Cuántas novias tiene? Le preguntaron al chico…”
Este tipo de preguntas sólo justifica el hecho de que como hombres, tenemos “permiso” social de estar con varias mujeres, perpetuando así la infidelidad y la posición de poder que tiene el hombre en las relaciones heterosexuales. Si esto aún nos deja dudas, pensemos… ¿Qué es lo primero que pensamos cuando vemos que una chica se atreve a estar con varios hombres? Exacto, ahí vemos nuestro estereotipo.

 

Heidy Camilo, psicóloga clínica, especialista en violencia intrafamiliar (@camiloheidy)

Creencias que nos tronchan.

La mujer debe “respetar” al hombre, entendiendo respeto como sumisión.

Yo soy el jefe de la familia/casa.

–  Una mujer que se respeta no hace eso (entendiendo que la mujer provoca los ataques violentos por la forma de vestir o actuar).

– El hombre es infiel por naturaleza (permiso social para la infidelidad).

La mujer debe ser seria en todo momento.

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