Una celebración distinta

Por Airam Toribio

De las cosas que aprendimos en este año de pandemia, es lo increíble que son las madres, la cantidad de roles que pueden asumir, cómo muchas drabajar y educar a la vez, o las ideas que le surgen cuando deben momentáneamente cambiar de profesión. Su capacidad de adaptación, incluso a la fuerza, es inigualable.

Ha sido un año retador. Y me atrevo a decir que para aquellas madres que no tuvieron el privilegio de recibir ayuda, muchas al punto de tener que dejar sus trabajos, lo fue aún más.

No me cabe duda que muchas vimos por primera vez lo poderosas que podemos ser ante las adversidades.

Esta doble edición: madres y novias, las celebra desde la primera decisión de unir sus vidas a otra persona para juntos, si es su deseo, crear una familia.

Esta edición la dedicamos a todas las madres guerreras, las que descubrieron que no hay mayor acto de valentía y amor propio que pedir ayuda, las que defienden sus derechos con gallardía, las que todavía se encuentran peleando alguna batalla de la que pocos saben. Te vemos, te aplaudios.