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Huertos urbanos y sus beneficios

Huertos urbanos y sus beneficios

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Por Paola Tineo (@ecopaolatineo) Foto Fuente externa 

Se estima que para el 2030 el 60 % de la población mundial vivirá en las ciudades, por lo que debemos migrar a convertirnos en “agricultores urbanos”, aunque no tengamos una casa enorme ni un gran patio.

Tener un huerto propio en casa es una actividad de sostenibilidad, que te permite producir alimentos frescos sin impactar negativamente la salud de los consumidores ni de quienes los cultivan. La idea es eliminar conservantes, ya que al ser sembrados en la ciudad (techos, balcones, terrazas, patios, interiores de cocinas y paredes) los productos no necesitan recorrer grandes distancias.

Vivimos en un mundo superpoblado tendiente a una alimentación industrializada que, por ende, incluye una agricultura industrializada con un uso excesivo de conservantes, plaguicidas y fertilizantes inorgánicos, algunos hasta genéticamente modificados. Todas son sustancias químicas que afectan a nuestra salud. Asimismo, producen contaminación del aire, de los suelos y de las aguas subterráneas, principalmente en las áreas de las plantaciones.

La agricultura urbana abarca desde la producción de alimentos, hasta la crianza de animales para el consumo (acuicultura y apicultura, entre otros).

¿Beneficios de los huertos urbanos?

1.- Generalmente desconocemos el ciclo de vida de los alimentos que ingerimos. Con la agricultura urbana estamos más conscientes de consumir alimentos sanos y de contribuir con la erradicación del uso de sustancias químicas peligrosas. De este modo, la dieta de las familias se enriquece.

3.- Generan beneficios económicos, pues no hay que comprar ciertos alimentos en el supermercado. Los alimentos van del patio o del tarro a tu mesa. Además, los excedentes se pueden vender, contribuyendo así a estimular la economía local y la asequibilidad de los precios de los alimentos.

4.- Sirve de ejercicio, y se ha comprobado que la manipulación de la naturaleza encierra efectos terapéuticos.

5.- Genera menos residuos. Muchas hierbas aromáticas, verduras, frutas, vienen empacadas en los supermercados en plástico.

6.- Los huertos urbanos contribuyen con el aumento de espacios verdes en nuestras ciudades, que hoy en día están ahogadas de construcciones, disminuyendo así el impacto de la ¨isla de calor¨. Por otro lado, contribuyen con la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales; mejoran la calidad de los suelos, el aire y el agua; optimizan los recursos acuíferos; y protegen la capa terrestre de la erosión.

¿Cómo empezar un huerto urbano?

1.- Elige dónde deseas colocar tu huerto. Puedes cultivar en el techo, cajas de ventana, patio, como en balcones. Recuerda que puedes elegir tarros en el piso o tarros colgantes. Usar las paredes, o superficies al lado de las ventanas. Si tienes patio puedes usar jardineras o construir camas elevadas. Incluso si tienes un patio trasero, es posible que no tengas suficiente espacio para el huerto y te funcione mejor el cultivo de plantas en tarros.

2.- Mi recomendación es que empieces con un ¨jardín de hierbas¨. No ocupa mucho espacio, fácil mantenimiento, no son tan atractivas a las plagas (como la mosquita blanca). Puedes iniciar con lo que usualmente compras para utilizar en tu cocina, como: orégano, romero, albahaca, cilantro ancho, cilantrito, salvia, entre otros. Todos estos pueden ser sembrados en pequeños tarros y puede tenerse en el balcón, en el patio o al lado de la ventana.

Si deseas lanzarte directamente a sembrar unas ricas verduras y hortalizas, asegúrate de que donde decidas colocarlas reciba de 6 a 8 horas de luz solar cada día, aunque hay muchas verduras y algunas hierbas necesitan menos para crecer. Elige preferiblemente el sol de la mañana.

3.- Consigue un buen sustrato (tierra para sembrar). En el Jardín Botánico Nacional puedes conseguir uno muy bueno.

4.- Elige tus semillas y ponlas a germinar. Puedes usar bandejas para germinar o cartones de huevos vacíos. Coloca el sustrato, haz un pequeño hueco, introduce la semilla y riega un poquito todos los días. Luego que germinen, con cuidado, para no lastimar a la planta ni sus raíces, transplanta a donde elegiste sembrarlas.

5.- Dependiendo de lo que vayas a sembrar, ten en cuenta la profundidad del suelo. Las plantas con raíces poco profundas requieren al menos 15 cms de profundidad del suelo si tienen menos de 30 mcs de altura. Las plantas con raíces más profundas, van a necesitar al menos 30-40 cms de profundidad del suelo.

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6.- Importante que los tarros o jardineras que utilices tengan buen drenaje, para así evitar que se acumule agua.

7.- Si puedes, coloca hojas secas, pedazos de cortezas o aserrín, sobre la tierra. Esto va a cubrir el suelo, y evitar que se evapore el agua rápidamente en tu huerto.

8.- Listo. No olvides regar tus plantas y llevar un calendario de cuando realizaste la siembra, para que sepas cuando te toca cosechar.

¿Cómo hacer abono orgánico?

1.- Recipiente de plástico o madera, tamaño práctico. Con tapa si lo tendrás dentro de la casa o apartamento.

2.- En el recipiente coloca 2 cms aprox. de tierra o humus, una capa igual de hojas o material seco. Luego los residuos como restos de frutas y vegetales, servilletas usadas, cascaras de huevo, periódico, ramas y hojas verdes y secas. Por último, agrega otra capa de tierra o humus, y humedece.

3.- Necesitas una pala o palo para remover, y acceso a agua para mantener la humedad. Irriga y remueve 1 vez a la semana.

4.- La descomposición dura 1-3 meses.

5.- Cuando tengas tu composta úsala directamente en tu huerto urbano.

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