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El armario de “La Niñera”, tan real como este 2016
Por Alexandra Lores, S Moda. El País
Sus estilismos, que en aquella época de la serie resultaban arriesgados y llamativos, hoy son el más fiel reflejo de la moda actual. Antes que “Sex and the City” Fran Fine acercó la Alta Costura a las calles. Una cuenta de IG rescata sus mejores looks.
En La niñera (en el inglés original The nanny), los diálogos esperpénticos y las risas enlatadas permitieron crear un personaje protagonista con mucha personalidad, el de la inolvidable Fran Frine (interpretada por Fran Drescher) y que no tenía en cuenta cuestiones como la discreción a la hora de vestir. Sus estilismos eran arriesgados, y los espectadores suponían que contribuían a la comicidad del producto (de haber sido una serie dramática, las reglas hubiesen sido diferentes). “Cada vez que ella entraba en escena todo se llenaba de brillo y color. No creo que en aquel momento supiera que era una visionaria, pero sí que sentía que esos looks la hacían divertida, explosiva y libre”, nos cuenta Iria Domínguez, directora de prensa y comunicación de Kling.
Esta sitcom, emitida entre 1993 y 1999, fue capaz de romper con todas las barreras (también ficcionales) que marca una sociedad que se vertebra en base al dinero, las clases sociales, y los roles de género. Acercó la alta costura a la calle, como después veríamos en Sexo en Nueva York. La instagramer Shanae Brown es consciente de ello y ha abierto una cuenta @whatfranwore (lo que vestía Fran) donde se dedica a documentar los estilismos de la niñera más estilosa y excéntrica. Los seguidores se cuentan por miles y, por el momento, su creadora ya ha descubierto la procedencia de más de 200 piezas, con la ayuda de Google y de una incansable búsqueda a través de plataformas de ropa de la época, y fotos de anuncios y supermodelos de los 90.
Sus estilismos resultan empoderadores
Fran Fine era una niñera atípica, que se atrevía a llenar su armario con trajes de alta costura y no renunciaba a usar materiales como el charol o prints de leopardo para ejercer su trabajo como cuidadora. Hasta ese momento, poca gente podía imaginar que una joven de Queens iba a revolucionar, con su forma de ser disparatada y sus atuendos, a una familia de clase alta de Manhattan. “En cierto modo su ropa la hacía destacar y le confería personalidad. Escoger esas prendas era una manera de posicionarse un poco incómoda para los demás”, asegura Domínguez.