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La tarea

La tarea

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POR: YANERIS MICHEL

Fomentar el aprendizaje en casa mediante la asignación de tareas es una de las prácticas más básicas de la educación tradicional. Descubre por qué este método es aún importante y cómo puedes ayudar a tus hijos a sacarle provecho.

La educación moderna supone nuevos retos para profesores y estudiantes, pero también para los padres que desean ayudar a sus hijos en su proceso de aprendizaje.

Apenas dos generaciones atrás, los aduleran capaces de lidiar fácilmente con las asignaciones que los chicos traían a casa por tratarse de temas básicos que ellos habían aprendido de la misma manera. Sin embargo, el mundo de hoy, el involucramiento de la tecnología en el aprendizaje y el incremento de la carga académica para formar estudiantes más competentes, han convertido la tarea escolar en un “asunto” que a veces los padres no logran entender.

Algunos hijos, por su parte, alegan que “todo se encuentra en Google”, cuando lo vayan a necesitar, y a veces se rigen por la ley del menor esfuerzo, dando por sentado su fácil acceso a la información.

 La función de la tarea escolar no se limita simplemente al repaso de determinada lección aprendida en el aula, más bien tiene como objeto que el niño aprenda a trabajar sin la ayuda directa del maestro, que adquiera mayor sentido de responsabilidad, que medite con tranquilidad lo aprendido sobre algún tema, y que profundice o practique alguno de los puntos enseñados durante el día, tal como afirma Joaquín de la Torre en su libro Pediatría accesible.

Bajo este concepto las tareas ayudan en el aprendizaje pero al mismo tiempo fomentan en el estudiante la disciplina, la responsabilidad, la auto-motivación y el sentido de auto-suficiencia, al empoderarlos a lograr cosas por sí mismos y recibir reconocimiento público o la recompensa de buenas calificaciones.

LAS TAREAS DE CALIDAD
Si un estudiante de educación básica lleva una carga académica de siete u ocho materias diarias, para las cuales tiene que entregar tareas diariamente, es muy probable que desarrolle cierta predisposición hacia éstas, haciendolas “para salir del paso”; sólo dedicará un verdadero empeño en aquellas asignaciones que lo motiven.
Por esto es importante que los profesores ponderen la calidad sobre la cantidad. “El desarrollo académico de un estudiante está relacionado al desarrollo y el ejercicio frecuente de sus habilidades en un orden lógico. Los estudiantes suelen sentirse auto-motivados cuando se sienten capaces de cumplir con sus asignaciones de manera independiente o en pequeños grupos de trabajo, y cuando éstas se ajustan a sus capacidades y nivel académico”, afirma Nikki Josephs docente del Departamento de Educación Especial de Manhattanville College y miembro de la fundación pro-educación Give More HUGS, en Nueva York, Estados Unidos.

Rosa Del Carmen Flores y Silvia Macotela en su libro Problemas de Aprendizaje en la Adolescencia, citan dos situaciones muy importantes por las cuales los estudiantes pueden verse desmotivados a cumplir con sus quehaceres:

1. Cuando la tarea implica un desafío exagerado, o por el contrario es muy simple. Para que las tareas resulten motivadoras deben estar adecuadas al nivel cognoscitivo de los estudiantes. Es decir, ni muy fáciles ni exageradamente difíciles, sino en la medida justa para despertar su interés y estar relacionadas con el logro de algo relevante para el propio estudiante.

2. Cuando la tarea carece de significado. Lo ideal es que las tareas puedan probar una relación entre lo aprendido en el aula y su aplicación en la vida diaria, de manera que su contenido sea relevante para el estudiante.

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 El papel de los padres

Si bien es cierto que los padres no pueden tener todas las respuestas para sus hijos, también es importante que ellos mismos entiendan que no tienen por qué saberlo todo y que pueden aprender juntos.

“Los padres deben ayudar si surge la necesidad, pero no ofrecerse a resolver las dificultades, ni guiar constantemente al hijo en su trabajo, ni tampoco presionarlo continuamente para saber si ya lo ejecutó. El niño puede necesitar una explicación, o quizá lo que requiere es poder explicar de viva voz lo que no entiende y de esta manera encontrar por sí mismo algún camino”, afirma Joaquín de la Torre en Pediatría accesible.
Si siempre le das la respuesta le robas la oportunidad de creer en su capacidad e independencia.

 

 

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