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Este es el mejor momento para ser resiliente

Este es el mejor momento para ser resiliente

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Por Leandro A. Sánchez  Ilustración Rattikankeawpun. 

El cómo enfrentas los eventos difíciles de tu vida te dará la respuesta. La psicologa Roxana Gónzalez señaló en el artículo Un antes y después en las terapias psicológicas que en en tiempos de cuarentena, quienes mejor lo están sobrellevando son los resilientes, porque aunque están conscientes de la situación, prefieren enfocarse en cómo sacarle provecho a la misma, y no en lo negativo, en que hemos vivido tiempos mejores, ni en lo que pudimos hacer que no hicimos.

Todos podemos ser resilientes, sólo debemos darnos el permiso de serlo.

La muerte de un ser querido y la pérdida del trabajo de su sueño llegaron repentinamente a la vida a Ana Lucía. Fueron días difíciles… Sin embargo, ella misma y los demás a su alrededor se sorprendieron de la manera en que logró superar estos eventos en su vida, a pesar de lo oscuro que pudo haberse tornado el camino. ¿Qué le permitió sobreponerse?… Es importante haber desarrollado resiliencia, “la capacidad de adaptación frente a un agente perturbador, estado o situación adversas”, según la definición que dicta el diccionario de la Real Academia de la Lengua, que acogió el término en 2010, aunque lo estudiaba desde 2003. El concepto comienza a ser tendencia, quizás por el aumento de lo que muchos llaman psicología positiva, que hace hincapié en conceptos de esta índole.

“La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, por ejemplo, a problemas familiares o de relaciones personales, condiciones serias de salud o situaciones estresantes  en el trabajo o financieras. significa ‘rebotar’ de una experiencia difícil a modo de bola o resorte”, explica el psicólogo y terapeuta familiar Alejandro Ortiz.

Pero no estamos hablando de una habilidad de la que sólo muy pocos tienen la capacidad. Una investigación realizada por la Asociación Americana de Psicología afirma que “la resiliencia es ordinaria, no extraordinaria. La gente comúnmente la demuestra. Un ejemplo es la respuesta de las personas en los Estados Unidos a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y sus esfuerzos individuales para reconstruir sus vidas”. Así que también tienes la oportunidad de adoptarla a tu vida.

Es importante tener en cuenta que ser resiliente no quiere decir que no experimentes dificultades o angustias. “El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional”, manifiesta nuestro especialista entrevistado.

Combinación de factores. Distintos estudios demuestran que uno de los factores más importantes en la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo, dentro y fuera de la familia. “Relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir y que ofrecen estímulos y seguridad contribuyen a afirmar esta actitud en las personas”, manifiesta Ortiz.

Otros factores asociados a la resiliencia son:

* Capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo.

* Una visión positiva de sí mismo. Confianza en sus fortalezas y habilidades.

* Destreza en la comunicación y solución de problemas.

* Manejo de sentimientos e impulsos fuertes.

Además, los expertos de la conducta recomiendan enfocarse en las experiencias vividas y fuentes de fortaleza personal, es decir, aprender del pasado, ya que puede ayudar a identificar estrategias para desarrollar resiliencia; pensar en esta última como si fuera un músculo emocional que puede fortalecerse en cualquier momento.

“Es bueno estar preparado de antemano, pero una vez impactado por un trauma no es demasiado tarde para cultivar la capacidad de salir adelante de manera resiliente”, dijo en una oportunidad Dennis Charney, investigador de la resiliencia y decano de la Facultad de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí, en la ciudad de Nueva York, quien al salir de una tienda recibió un balazo de un exempleado insatisfecho. Tuvo una recuperación difícil tras varios días en cuidados intensivos, pero “después de 25 años de estudiar la resiliencia, yo mismo tuve que ser resiliente”, dijo el también coautor del libro Resilience: The Science of Mastering Life’s Greatest Challenges (Resiliencia: La ciencia de dominar los desafíos más grandes de la vida). 

A FONDO…

“La resiliencia es resistir, superar los obstáculos, aprender de los errores con humor. es una cualidad humana inmensa, llena de matices. la mejor manera de explicarla es a través de las historias de personas resilientes: el ciclista lance armstrong o algunos supervivientes de los campos de concentración, por ejemplo”, anna flores, autora del libro “la resiliencia, crecer desde la adversidad”.

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“La resiliencia conlleva mantener flexibilidad y balance en la vida, en la medida que se confrontan circunstancias difíciles y eventos traumáticos”, Alejandro Ortiz, psicólogo, terapeuta sexual y de familia.

“Resiliencia” fue una de las palabras más buscadas en el 2016, de acuerdo a la real academia española.

 

10 FORMAS DE CONSTRUIR RESILIENCIA

En su ensayo Camino a la resiliencia, la Asociación Americana de Psicología sugiere varias acciones que nos conducen a ésta.

  1. ESTABLECE RELACIONES. Instaura buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes. Aceptar ayuda y apoyo de quienes así quieren y escuchan, fortalece la resiliencia. Algunas personas encuentran que estar activas en grupos de la comunidad, organizaciones basadas en la fe y otros grupos locales les proveen sostén social y les ayudan a tener esperanza.
  2. EVITA VER LAS CRISIS COMO OBSTÁCULOS INSUPERABLES. No puedes evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero sí puedes cambiar la manera de cómo los interpretas y reaccionas ante ellos. Trata de mirar más allá del presente y piensa que en el futuro las cosas mejorarán. Observa si hay alguna forma sutil en que te sientas mejor, mientras enfrentas las situaciones difíciles.
  3. ACEPTA QUE EL CAMBIO ES PARTE DE LA VIDA. Como resultado de una situación adversa quizás no te sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puedes cambiar te puede ayudar a enfocarte en las que sí.
  4. MUÉVETE HACIA TUS OBJETIVOS. Desarrolla metas     realistas. Haz algo, regularmente, que te permita dirigirte a  ellas, aunque te parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarte en tareas que te parecen no puedes lograr, pregúntate acerca de las cosas que sí y que te ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quieres ir.
  5. LLEVA A CABO ACCIONES DECISIVAS. En situaciones adversas, actúa de la mejor manera que puedas. Llevar a cabo acciones decisivas es mejor que ignorar los problemas y desear que desaparezcan.
  6. BUSCA OPORTUNIDADES PARA AUTODESCUBRIRTE. En su lucha contra la adversidad las personas pueden aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido. Muchas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal, aún cuando se sienten vulnerables; la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
  7. CULTIVA UNA VISIÓN POSITIVA. Desarrolla la confianza en tu capacidad para resolver problemas y confía en tus instintos. Esto te ayudará a construir resiliencia.
  8. MANTÉN LAS COSAS EN PERSPECTIVA. Cuando enfrentes eventos muy dolorosos trata de considerar la situación que te causa tensión en un contexto más amplio y mantén una perspectiva a largo plazo. No sobredimensiones.
  9. NUNCA PIERDAS LA ESPERANZA. Una visión optimista te permite esperar que ocurran cosas buenas. Trata de visualizar lo que quieres en vez de preocuparte por lo que temes.
  10. CUIDA DE TI MISMA. Presta atención a tus necesidades y deseos. Interésate en actividades que disfrutes y encuentres relajantes. Ejercítate regularmente. Cuidar de ti misma te ayuda a mantener tu mente y cuerpo listos para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia.

 

Formas adicionales de fortalecer la resiliencia podrían ser de gran ayuda. “Por ejemplo, algunas personas escriben sobre sus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en sus vidas. Adicional a esto, la meditación y las prácticas espirituales ayudan a algunas personas a establecer relaciones y restaurar la esperanza”, puntualiza el gremio, destacando que estas pautas no deben usarse como sustituto del cuidado profesional cuando se considera necesario el mismo.

 

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