¿Demasiado adulta para usar frenillos? ¡Piénsalo de nuevo!
Por Yaneris Michel Ilustración Shutterstock/Inna Harlamoff
Desde el año 90 estaba padeciendo una situación en las encías, se me aflojaron algunos dientes y tuvieron que extraerme algunos molares. Por eso mis dientes tomaron diferentes formas. Mi hijo, que es odontólogo, quiere ponerme los molares que me faltan pero los demás dientes ocuparon el espacio; necesito alinearlos nuevamente”, nos dice Marlene Cruz, de 50 años.
Todos conocemos el poder de una sonrisa, esa cautivante expresión capaz de inspirar confianza y abrir puertas. Y, por supuesto, lograrla tiene que ver con nuestra salud bucal.
Unos dientes apiñados e irregulares pueden hacerte sentir menos atractiva y hasta “acomplejada”, teniendo una repercusión importante en tu autoestima y confianza en ti misma.
Sin embargo, aunque parezca sólo cuestión de estética, el posicionamiento correcto de tu dentadura es también salud. “Hay adultos que nunca recibieron tratamiento de ortodoncia cuando eran niños para corregir problemas dentales como dientes torcidos o apiñados, mordida profunda o abierta, posición incorrecta de los maxilares, trastornos de la articulación temporomandibular; o también hay casos de pacientes que fueron tratados con ortodoncia en la adolescencia pero no se llevó a cabo un tratamiento adecuado de retenedores y los dientes volvieron a su posición anterior. Si estos problemas no se tratan pueden ocasionar caries, enfermedades en las encías, dolores de cabeza o de oídos y también dificultades para hablar, morder o masticar”, explica la Dra. Vanessa Romero, especialista en ortodoncia y ortopedia de los maxilares.
Por esto es cada vez más común que personas adultas consideren tratamientos para mejorar la alineación de sus dientes. “Me los volví a poner por estética y por salud. La parte más difícil, fue que me extrajeron una pieza de adelante y a esta altura del juego, uno sin un diente pues no se ve muy bien, pero gracias a Dios el hueco cerró sumamente rápido”, continúa Cruz con su historia.
Quizás esta es una de las razones por las que aún exista un poco de temor y hasta cierto tabú de llevar frenillos. Afortunadamente, los avances en la odontología han permitido el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la dentadura, que pueden ser menos invasivas.
“Se debe tomar en cuenta que hay más limitantes porque después que se pasa la etapa de crecimiento ya no se pueden trabajar los problemas de ortodoncia con aparatos ortopédicos, sino que en algunos casos hay que auxiliarse de alguna cirugía. Pero se pueden llegar a obtener los mismos resultados que en un adolescente”, afirma la Dra. Mabel Mejía Milián, especialista en ortodoncia y ortopedia maxilar.
Por supuesto, es importante tener paciencia y llevar una disciplina rigurosa para lograr los resultados deseados. “Los adultos quieren que el tratamiento sea corto, no quieren colocarse muchos aparatos, no quieren extraerse piezas… entonces tienen más exigencias que los adolescentes”, enfatiza Mejía.
“Los resultados han sido positivos. Estoy casi finalizando el tratamiento y no he tenido ninguna queja”, finaliza Marlene Cruz con su testimonio.
“El pronóstico de un tratamiento de ortodoncia en personas mayores de 30 años es muy bueno. Todo dependerá del problema a tratar y de las condiciones de las encías”, Dra. Mabel Mejía Milián, especialista en ortodoncia y ortopedia maxilar
Infinitas opciones
La buena noticia es que hoy en día hay muchas opciones. “El paciente adulto puede optar por tratamientos más cómodos y estéticos (transparentes e invisibles), que a la vez le permiten llevar una vida normal”, nos dice Romero.
“Entre las más comunes se encuentran los brackets linguales, que son fijos. Se colocan en la superficie interna o lingual de los dientes (por dentro), con el fin de que pasen desapercibidos. También están disponibles los de cerámica o safiro, que reproducen el color del diente que los disimula, aún estando en la cara externa de los dientes”.
Invisalign, la solución más estética
“En la actualidad es una de las opciones más populares. Se trata de una técnica que utiliza tecnología láser para hacer un escaneo digital de la dentadura y tomar una impresión de su formación. A partir de ésta se crean unas placas transparentes utilizando una impresora 3D, las cuales el paciente debe usar por un período de tiempo determinado por el doctor, que trabaja la alineación de la dentadura de una manera eficaz y menos invasiva”, explica el Dr. Thomas F. Braun, especialista en ortodoncia de la Clínica Dental Dr. Juan José Cestero (www.clinicadentalcestero.com).
Las placas se van cambiando cada dos semanas y deben usarse por unas 20 a 22 horas al día, según el progreso del paciente, El tratamiento puede durar de 12 a 24 meses.
Según el experto, los braces que se colocan en la cara lingual de los dientes (por dentro), pueden ser más incómodos y causar rasgaduras en la lengua. Los de cerámica o safiro son menos visibles, pero aún son perceptibles y frágiles. Mientras que Invisalign ofrece una opción más higiénica e imperceptible, ya que no hay brackets pegados a los dientes y la comida no se queda atrapada entre ellos.