Leyendo Ahora
Acoso escolar

Acoso escolar

Avatar

 

Por Clarissa Guerrero Subero, psicóloga clínica y terapeuta infanto-juvenil / Foto: Shutterstock

El reajuste de horarios, organizar todo lo necesario, retomar asuntos pendientes del año escolaranterior… son muchos los temas que trae consigo un inicio de año escolar. Sin embargo, en pocas ocasiones se toma en cuenta la parte social y de relación entre niños y jóvenes.

La etapa escolar es fundamental la relación con los demás. Luego del hogar, este escenario es en el que el niño/joven se desenvuelve y pone en práctica las destrezas adquiridas, aprendiendo mediante ensayos y errores. Lo que actualmente llamamos acoso escolares algo que desde generaciones pasadas venía ocurriendo, pero que en la actualidad con todos los medios a los que tienen acceso, los procesos de adultización que son cada vez más frecuentes y la poca empatía que pueda surgir entre ellos, dan fruto a un exacerbado y cada vez más creciente tema de acoso escolar en los medios educativos y sociales. Está demostrado que  los espectadores son los que mantienen el acoso e incluso lo proliferan cuando no hacen nada o se unen al mismo.  Podemos definirlos como las personas que presencian el acto sin ser afectados directamente por el mismo. Quiere decir que la mayoría de los niños y jóvenes son espectadores, y por ende, es nuestra labor instruirlos para que puedan ser parte de la solución y no del problema. Para que ellos puedan ser los que establezcan un límite y erradiquen estas malas prácticas que cada vez aumentan la tasa en los centros educativos alrededor del mundo.

Existen muchas formas a través de las cuales los espectadores se convierten en agentes de cambio, por ejemplo:

Detener la persona que inicia la burla. Puede ser distrayendo la situación para que se disuelva o interviniendo directamente.

No reír ante las burlas y los malos tratos a otras personas. Apelar a la empatía y reflexionar con los demás ante los hechos.

Identificar a los excluidos, apoyarlos y motivarlos a acercarse, e intentar integrarles.

Sumarse a campañas de tolerancia e inclusión en su centro educativo.

Siempre denunciar los malos tratos. La violencia causa daños muchas veces irreversibles en la vida de los niños y jóvenes que los padecen.

Un temor común que enfrentan los espectadores al momento de intervenir es que el acoso se revierta en ellos o sean agredidos físicamente, y esto es una posibilidad dependiendo el tipo de abuso que se cometa sobre la otra persona. En caso de que este temor exista al  momento de intervenir, es importante que se encuentre en un área con más compañeros (no estar solo) y utilizar el recurso de distraer la situación sin señalarla directamente, pero luego reportarlo a las autoridades pertinentes para que pueda ser tratado.

Un factor importante es el apoyo que se le pueda ofrecer a la víctima, haciéndole saber que no está sola, que es importante para los demás y que el problema no está en él sino en la persona que le agrede; que es importante buscar ayuda y denunciarlo para así poder convertirse en un héroe para los demás, evitando que esto siga ocurriendo y cause mayores problemas.

Es necesario concientizar y hablar con los hijos de estos temas que muchas veces pueden parecer triviales pero que son fundamentales para ellos en la etapa por la que atraviesan. Nunca sabemos si éstos pueden llegar a ser objeto de acoso o potenciales acosadores, pero sí sabemos que el papel de espectador está asegurado. Por ello es muy importante el guiarles, concientizarles y hacerles seres humanos cada vez más empáticos al dolor de los demás y que puedan generar un cambio en el medio en el que se desenvuelven, logrando mejores relaciones interpersonales y promoviendo una cultura de paz tan necesaria hoy en día.

 

 

 

© 2023 Pandora Todos los derechos reservados.
Términos y Condiciones - Políticas de Privacidad