Por Ashley Belliard / Foto Luminaimages
Usar tacones provoca que tus pantorrillas se encojan debido al constante estado de contracción. También tus dedos pueden sufrir las consecuencias de estar escribiendo, chateando, manejando e incluso comiendo. De ahí que el estiramiento sea esencial, no únicamente previo o post al ejercicio, sino para liberarte del estrés del día a día.
“Acostúmbrate a estirarte por lo menos 20 minutos cada día, lo suficiente para que el cuerpo recupere energía y elasticidad; para que los músculos se tonifiquen y los órganos puedan tener todas sus enzimas trabajando correctamente”, dice la especialista en estiramientos y yoga, Iris Baffoni, del Santo Domingo Country Club.
Estirarte es delicado; no lo hagas con el cuerpo frío. “Comienza con algún calentamiento de 1 a 3 minutos en cada músculo. Puedes optar por hacer repeticiones más cortas de 20 segundos, pero con más de tres repeticiones”, apunta Baffoni.
Conoce tu cuerpo. Si sientes estrés o dolor particular en un músculo, enfócate más en ese que sientes contraído. Con la exhalación de la respiración y visualizando el músculo, ayudas a relajarlo más.
En el trabajo: estirar ayuda a tu productividad, así que de vez en vez toma un descanso de tu escritorio para relajar tus músculos.
Siempre hazlo hasta que el cuerpo lo sienta, pero no más (te puedes lastimar) ni menos (no será efectivo). Cada quien tiene que estudiar su cuerpo y ver hasta dónde puede llegar.
Recuerda hacerlo al terminar de entrenar. “En este momento nuestro cuerpo libera ácido láctico, haciendo que las fibras musculares se tornen rígidas. Estirar después de entrenar evita que esto suceda, mejorando la recuperación”, dice Patricia Gaspars, co-propietaria del gimnasio@LiftingCo y entrenadora personal.